jueves, 12 de mayo de 2011

Un reto: Anibal 2

Que Roma y Cartago no quisieran la guerra era un hecho, pero muchas veces los caminos están destinados a unirse, a toparse para forjar la historia, con una incognita, ¿quién contralaría el Mediterraneo Occidental? La invasión de Sagunto por Anibal hizo que la diplomacia dejara paso a las armas. Comenzaba la segunda Guerra Púnica.
  
Anibal  que sucedió a su cuñado, general y diplomático Asdrubal, demostró que Cartago no estaba muerta y abrió la puerta al conflicto en el Ebro, invadiendo Sagunto. Tras varios asesinatos de cartagineses y tras la autorización velada del Sufete cartagines que delegó en él la decisión de mover ficha, conocedores de la reacción de Anibal contra Roma.

Roma fuera de juego no contraatacó, la razón, su continua política disuasoria, de intimidación, preventiva que hacia que cualquier potencial enemigo se pensara dos veces alzarse contra Roma, pero esta vez Cartago no se amilanaba, tenían un conflicto, no sabian que hacer. Supongo que el Senado romano fue sede de acaloradas refriegas dialécticas en pro de como se debía actuar frente al agravío recibido.
Al final, la solución fue mandar una delegación a Cartago con la intención de reunirse con el Sufete para que condenara las acciones de su General, dicho de otro modo, que manifestaran su desvinculación tácita del joven General cartagines, si pintaban bastos, la guerra.
Tito Livio, historiador de la época, describe lo que fue una escena digna del  la mejor película cuando la expedición romana se dirige hacia Cartago donde hablaron ante el Senado cartaginés. Se recoge la frase de Fabio, miembro romano que tras escuchar la negativa de condena de Cartago, expuso llevando su mano con la que tomaba su túnica al pecho, " Aquí tenéis paz y tenéis guerra; optad por lo que gustéis", claro está, esto era una reunión en las altas esferas donde no faltaban bemoles a ninguna de las partes, la respuesta en el mismo tono: "Haced más bien lo que os parezca, nos da igual", Fabio encolerizado grito a los cuatro vientos: "Pués habrá guerra".Los cartagineses a una sola voz gritaron: "Aceptamos, y con este ánimo combatiremos hasta el final"

De esta forma comenzó, tras la invasión de Anibal,  el periplo que intentaremos reproducir este verano en bicicleta, si las fuerzas lo permiten. Cartago-Roma, ¿La conquistaremos ?


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